La estancia en el campus universitario está a punto de acabar, pero seguimos aprovechándolo al máximo, los horarios aun no están asimilados del todo, durante el día es un no parar, y poco a poco me doy cuenta de que en España nos tomamos las cosas con más calma, en el fondo la sensación es de que aquí todo está pensado, para currar a jhierro las horas de más frescura mental, para acabar rendido a las seis de la tarde cuando ya se cena.
De lo más divertido que hemos hecho, es aprovechar el gimnasio de la universidad donde hemos jugado un partidillo de baloncesto entre americanos. Ya por la noche, hemos estado en la calle de los bares, y para mi ha sido alucinante, empezamos por un concierto al aire libre con una guitarrista cantante impresionante (no por su belleza, pobrecilla, sino por sus dotes musicales y por como emocionaba), y después fuimos a los pubs... y es que hay que verlo, indescriptible, una avenida de locales con música en directo. No he estado en Nueva Orleans, pero yo me la imagino como lo que he visto hoy. Los de mi grupo fliparían aquí, creo que a Manolo no lo echan ni con agua hirviendo. Estuve hablando con un negro que iba a tocar después, pfff, que crack, y no le cabían más anillos en la mano.
Los compañeros geniales, ni de un casting, vamos.
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